Aqui estan los 8 mejores restaurantes probados en Santiago.
Matsuri
La carta de otoño revela un salto en la propuesta de Juan Ozaki, el chef peruano-japonés que está a cargo de la cocina de este restaurante parte del hotel Mandarin Oriental, Santiago, ya que se aleja un tanto de los tradicionales sabores nikkei para adentrarse en otras preparaciones.
Este upgrade ha sido un desafío para Ozaki, quien ha incursionado en otras técnicas y sazones, como son los Jamones del Mar, uno de los imperdibles de esta nueva selección que en total suma más de 45 recetas, donde también se ven técnicas europeas y otros sabores latinoamericanos.
Como es de esperar, esta renovación muestra la elegancia y equilibrio que caracteriza a este restaurante, pero ahora con mayor juego de texturas y mucha personalidad, haciendo más atractiva esta carta que estará disponible por un par de meses.
Matsuri, de la mano del talentoso chef Jose Osaki, nos trae esta temporada una carta con una increíble audacia llena de riegos logrados que hace peripecia entre lo japonés, lo peruano y lo latino con la elegancia como soporte principal.
Platos llenos de profundidad, texturas, crocancias y contrastes nos hacen viajar por una experiencia gastronómica memorable y de lujo.
Boragó Vitacura
Boragó es sin duda el restaurante de Chile mas reconocido a nivel mundial y premiado año a año por su gastronomía de vanguardia.
Un lugar donde uno puede ver, oler, escuchar y saborear en profundidad lo que es una cocina de vanguardia, dirigida por el gran chef Rodolfo Guzmán y su tremendo equipo de cocina… oído chef!!!
Un salón solemne y amplio, con aura eclesiástica que se anima con la llegada de los feligreses foodie y sibaritas que peregrinan en su sermón organoléptico es el escenario de grandes experiencias gastronómicas.
Boragó es un tremendo espectáculo, un show gastronómico con profundidad y exploración que nos hace viajar y nos provoca con sabiduría las papilas gustativas y sentidos visuales.
Fukasawa
Fukasawa es el actual restaurante de Marcos Baeza y sus hijos que se emplaza en el 4° piso del Casa Costanera en su ROOF. Una gran evolución de su pequeño y aclamado spot tipo izakaya Emporio Japonés que tenía en Alonso de Córdoba con Vespicio.
La puesta en escena del restaurante no es menor, un diseño nórdico con toque orientales en un espacio abierto y de altura comandado por la gran barra – omakase – conforma un ambiente que se torna lujoso y placentero con el servicio y las delicias que llegan a la mesa. Una terraza perimetral de panorámica vista plantea una según instancia, mas relajada, para vivir la exclusiva destreza de Fukasawa.
En la propuesta gastronómica de Fukasawa encontramos pulcritud sobre montajes elaborados y enjundiosos, repletos de fusión con sabores que nos marcan con aristas brillantes y explosivas, en la base de ingredientes muy frescos y de la mejor calidad.
Una propuesta nikkei de autoría que cosecha la exitosa trayectoria de Marcos Baeza, donde vemos muchos de sus grandes éxitos y reversiones de sus creaciones en Emporio Japonés, Naoki y su de participación inicial en Ichiban.
La carta de vinos, destilados, licores y bebidas nos trae una buena selección de etiquetas con gran servicio en mesa, pero es pecaminosa en cuanto a precios; duele.
Fukasawa es una gran experiencia gastronómica de lujo, donde sus comensales la pasan bien, y disfruta sin restricciones los talentosos agasajos culinarios de Marcos Baeza con sus hijos Lucas y Marcus y su gran de equipo en cocina.
Ciros Bar Isidora
Ciros Isidora es el hermano elegante del original y mítico Ciros Bar del Centro, donde nos acogen con una magnífica puesta en escena que destaca por su moderna y reconfortante decoración, amplios y variados comedores interiores, una entretenida barra, buenas terrazas (una en la vereda y otra en el patio interior de la propiedad) y excelente música.
Bajo la asesoría de Juan Pablo Mellado y su equipo encontramos una cocina que encontró el buen camino para Ciros, con preparaciones de comida chilena montada con enjundia e innovación rescatando sabores y productos típicos. Mejoras que sacan aplausos y que nos re encantan con entradas como sus Empanadas fritas, Crudo y Locos con papas mayo, con platos como la Plateada al jugo (de la mejores probadas estos últimos años), la Cazuela y una Escalopa de cerdo reloaded alucinante. Muy bien los postres también.
Ciros es un recomendado destino para un buen almuerzo, ya sea con amigos o de negocios, para ir después de la oficina y para compartir una buena mesa con visitas del extranjero sin desbancarse al pagar la cuenta.
Happening
La oferta de este emblemático asador que lleva dos décadas en el barrio El Golf se concentra, por supuesto, en todos los cortes imaginables de la vaca, muchos de ellos madurados controladamente en cámara (dry aged incluido, lo que profundiza el sabor de la carne).
Pero también deja espacio a una muy buena selección (y ejecución) de pescados (pesca del día, pesca silvestre) con exquisitas guariciones (puré de arvejas con arvejas tiernas, champiñones salteados a punto de Maillard -esa grasita caramelizada-, habas, pimentones salteados, entre otros).
Además de una combinación brutal que dan ganas de homenajear: mollejas (de corazón y cogote, mezcladas), con erizos frescos. Choque térmico interesante, por contraste, pero con hermandad en esa noble grasitud (ergo, textura interna) y en la profundidad de su sabor.
Ichiban
Un buen encuentro con la memoria emocional.
A veces pasa que dejas de ir a un lugar que admirabas -por diferentes razones, pandemia mediante- y reparas en que el tiempo, para bien y para mejor, se detuvo. La cocina en ICHIBAN, que en su minuto lideró la cocina japonesa en Santiago -en clave asían bistro, con un guiño a cierto recetario coreano-, hoy vuelve renovado, con la misma calidad de siempre.
Quizás no está el ambiente que recordaba, pero sí los sabores, la factura, los ingredientes. Detrás sigue inalterable su dueño, Minsu Bang, y los platos que podemos probar de su mano son una colección de algunos clásicos entrelazados con sabrosas novedades.
Desde el Himitsu -rollos de salmón con topping crocante, miel de yuzu y salsa ponzu, delicioso y proteico; y el Daisuki Roll -con palta, masago, centolla magallánica y aceite trufado-, exquisito y fresco; hasta platos cálidos y contundentes, como el Galbi Chim -costillar coreano en cocción lenta, con salsa agridulce-; y el Canko Nabe, sopa vitamínica y proteica con productos del mar y la tierra, tofu, carnes, vegetales y mariscos, la favorita de los jugadores de sumo y parte central de su dieta. ICHIBAN vuelve a la carga.
La Calma
La Calma by Fredes es un restaurante que enaltece la categoría de pescados y mariscos con una tenaz estrategia de usar solo productos chilenos, rigurosamente libre de congelados, enfocados con esmero en la trazabilidad y el vínculo con los proveedores.
Su propuesta es elegante y de impronta formal, avalada por un protocolar servicio al cliente que se resuelve en un amplio salón provenzal de tonos grises con manteles blancos, una parisina terraza que da a la calle y un no tan cómodo comedor interior contiguo a la barra de mariscos y la entrada a los baños.
Su cocina promueve lo mejor de nuestro mar con un portafolio envidiable de mariscos y pescados frescos. Ostras, almejas, ostiones, machas, piures, chochas, machas, locos, langosta o centolla están en el repertorio de bivalvos, crustáceos y mariscos (mucho de ellos parte de la Fuente a Calma). Y en pescados, hay una clase magistral con opciones como vieja, pejeperro, bilagay, rollizo, cojinova, lenguado, lisa, pejesapo o róbalo que acompañan a pescados tradicionales como la merluza, congrio, albacora y corvina.
Con audacia y talento, también en carta hay algunas delicias carnívoras, una simple como el Lomo vetado con pasta y otras que fusionan mar y tierra como la Lengua braseada con piure y ostiones grillados o las Mollejas con lapas y ostiones.
Su carta de vinos merece un párrafo especial, ya que es sin duda una de las mejores de Chile (junto a la del aco) con una meticulosa y dedicada selección de 24 vinos por copa y fabulosa carta de unas 100 etiquetas de vino escogidas con maestría.
Es un restaurante que alaba Chile, un lugar donde se puede aprender sobre lo maravilloso que son los productos de nuestro mar, platos de envidia para japoneses y de suerte para los que pueden ser comensales en La Calma.
La Tasca de Altamar
Revivir esos sabores profundos, con personalidad, y esas raciones generosas, contundentes, golosas, estimulantes. Todo funciona: desde el ágil servicio, bien instruido, pasando por los vinos disponibles hasta lo que llega a la mesa: tiernos Locos Mayo, carnosos y suaves; sus Machas Bourguignon (una receta que resalta la macha solo con mantequilla, ajo y hierbas); los Choritos Endiablados, una increíble forma de compartir sin etiquetas ni protocolos; o los Pulpos Pilpil, recargados de sabor.
Con todo, La Tasca de Altamar es un sitio para volver y volver. Y acuñar en sus mesas más recuerdos para todas las generaciones que vienen, que seguro serán muchas.
